"De hecho, los verdaderos amigos del pueblo no son ni revolucionarios, ni innovadores, son tradicionalistas" (Papa san Pío X)

Para contactarme, dejo visible la dirección de mi correo electrónico para que, con la mayor reserva de nombres, podamos contestar en la medida de nuestras posibilidades lo que plantee cada uno, dudas, consultas, etc. Así vamos construyendo el blog entre todos: elcentuplo777@gmail.com

domingo, 31 de marzo de 2019

El ayuno

El ayuno hace sabios a los legisladores, es la mejor guarda del alma, compañero seguro del cuerpo, defensa y arma de los varones fuertes, ejercitación de los atletas y luchadores. Él, además, aleja las tentaciones, esfuerza la piedad, mora con la sobriedad y produce la templanza.
 En los combates da fortaleza, en la paz enseña a vivir tranquilamente; santifica el nazareno, perfecciona al sacerdote, ya que no es lícito ofrecer el sacrificio sin el ayuno, no sólo actualmente en la mística y verdadera adoración, sino quien en aquella en la cual se ofrecía figuradamente el sacrificio legal. 
El ayuno hizo que Elías pudiera contemplar la gran visión, ya que purificada su alma por el ayuno de 40 días, mereció, estando en la cueva, ver a Dios en cuanto es posible al hombre. 
Moisés recibiendo de nuevo la ley volvió de nuevo a ayunar. Los ninivitas de ningún modo se hubieran librado de los castigos que les amenazaban a no ser por su ayuno y el de sus mismos animales. En el desierto ¿quiénes fueron los que perecieron? ¿Acaso no fueron los que desearon comer carne? 
(Sermón de san Basilio el grande, homilía 1 del ayuno)
“Mejor es esperar en el Señor que en los príncipes”.

Si tu hermano pecare contra ti...

Si tu hermano pecare contra ti, ve y corrígele estando a solas con él” (Mt. Cap. XVIII)

¿Por qué le corriges? ¿Porque te duele el que haya pecado contra ti? En ningún modo. Si lo haces por amor a ti mismo, nada haces. Si lo haces por amor hacia él, tu acción es óptima. Advierte, además, en el mismo texto qué amor ha de impulsar tu acción: si el amor a ti mismo, o el amor al hermano. 
Si te escucha —dice— has ganado a tu hermano. Hazlo, pues, por él, para ganarlo a él. Si con tu acción lo ganas, en el caso de no haber actuado tú, habría perecido. 
¿Cuál es la razón por la que la mayor parte de los hombres desprecian estos pecados y dicen: «Qué he hecho de extraordinario? [Solo] he pecado contra un hombre». 
No los desprecies. Has pecado contra un hombre; ¿quieres saber que, pecando contra un hombre, has perecido? Si aquel contra quien pecaste te hubiera corregido a solas y lo hubieras escuchado, te habría recuperado. ¿Qué quiere decir «te habría recuperado», sino que habrías perecido si no te hubiera recuperado? Pues, si no habías perecido, ¿cómo es que te recuperó?
Que nadie, pues, desprecie el pecado contra el hermano. En efecto, dice en cierto lugar el Apóstol: Así los que pecáis contra los hermanos y golpeáis su débil conciencia pecáis contra Cristo, precisamente porque todos nos hemos convertido en miembros de Cristo. ¿Cómo no pecas contra Cristo si pecas contra un miembro de Cristo?
Así, pues, que nadie diga: «No he pecado contra Dios, sino contra un hermano; he pecado contra un hombre. Es pecado leve o inexistente». Quizá dices que es leve porque se cura rápidamente. Has pecado contra tu hermano; repara el mal y quedas sano. Pronto cometiste la acción mortífera, pero pronto has encontrado el remedio. 
¿Quién de nosotros, hermanos míos, va a esperar el reino de los cielos, diciendo el Evangelio: Quien llame a su hermano «imbécil» será reo del fuego de la gehena? ¡Palabras que infunden pánico!  
Pero advierte ahí mismo el remedio: Si presentas tu ofrenda ante el altar y allí mismo te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar. Dios no se aíra porque difieras presentar tu ofrenda; Dios te busca a ti más que a tu ofrenda.
(Extracto de una Homilía de san Agustín, obispo, Sermón 16 sobre las palabras del Señor)

“Dios ordenó a sus ángeles – que te guardaran en todos tus caminos”

sábado, 30 de marzo de 2019

Domingo Laetare - Multiplicación de los panes


Ciertamente es mayor milagro el gobierno de todo el mundo que la alimentación de 5000 hombres con 5 panes. Y con todo, de aquello nadie se admira. De esto nos admiramos, no porque sea cosa mayor, sino porque es rara. 

Y a la verdad, ¿quién ahora alimenta a todo el mundo sino aquél que con pocos granos produce los alimentos? Jesucristo obró, pues, como Dios. Con el mismo poder con que multiplica pocos granos produciendo las mieses, hizo que en sus manos se multiplicasen los 5 panes. 

El poder estaba en las manos de Cristo.  Aquellos 5 panes eran como semillas, no puestas en la tierra sino multiplicadas por aquél que hizo la tierra.

(Del tratado 24 de san Agustín sobre san Juan -Jn. Cap.VI-)

"Explicaré cosas escondidas desde el comienzo del mundo". 

Palabras saludables

También existían en Judea muchos leprosos en tiempo del profeta Eliseo y ninguno de ellos fue curado sino Naamán el sirio” (Lc. Cap.IV).-

1 -Evidentemente aquellas palabras saludables del Señor nos instruyen y exhortan al deseo del culto de Dios, ya que se nos dice que nadie sanó ni fue libre de la lepra corporal, sino aquel que con religiosa piedad procuró la salud.-

2 - Pues los dones divinos no se comunican a los negligentes sino a los que proceden con solicitud. -

3 -Ya lo dijimos en otro libro, que aquella viuda a la cual fe enviada Elías, era símbolo de la iglesia. Fue el pueblo (hebreo) el que primero formó la Iglesia, pero para ceder el lugar a otro pueblo compuesto de naciones extranjeras. Este pueblo se hallaba manchado con la lepra, este pueblo se hallaba degenerado antes de recibir la regeneración en el místico baño; pero una vez purificado de las manchas del cuerpo y del alma mediante el bautismo, no es ya un leproso, sino como una virgen inmaculada y sin arruga alguna. -

(De una homilía de san Ambrosio, obispo; Libro 4 sobre el Cap. 4 de san Lucas)

Del habla interior de Cristo al alma fiel

El alma:
1. Oiré lo que habla el Señor Dios en mí.
Bienaventurada el alma que oye al Señor que le habla, y de su boca recibe palabras de consolación.
Bienaventurados los oídos que perciben los raudales de las inspiraciones divinas, y no cuidan de las murmuraciones mundanas.
Bienaventurados los oídos que no escuchan la voz que oyen de fuera, sino la verdad que enseña de dentro.
Bienaventurados los ojos que están cerrados a las cosas exteriores, y muy atentos a las interiores.
Bienaventurados los que penetran las cosas interiores, y estudian con ejercicios continuos en prepararse cada día más y más a recibir los secretos celestiales.
Bienaventurados los que se alegran de entregarse a Dios, y se desembarazan de todo impedimento del mundo.
¡Oh alma mía! Considera bien esto, y cierra las puertas de tu sensualidad, para que puedas oír lo que te habla el Señor tu Dios. 

2. Esto dice tu amado:
Jesucristo: Yo soy tu salud, tu paz y tu vida.
Consérvate cerca de mí, y hallarás paz.
Deja todas las cosas transitorias, y busca las eternas.
¿Qué es todo lo temporal sino engañoso? Y ¿qué te valdrán todas las criaturas, si fueres desamparado del Criador?
Por esto, dejadas todas las cosas, hazte fiel y grata a tu Criador, para que puedas alcanzar la verdadera bienaventuranza. 

(El Kempis)

viernes, 29 de marzo de 2019

Abba Agathón


Con respecto al abba Agathón, se decía que la gente iba a buscarlo porque habían escuchado hablar de su gran discernimiento. Queriendo probar si él se encolerizaba, le dijeron: "¿Eres tú ese Agathón del que se dice que es fornicador y orgulloso?" "Sí, es verdad" –respondió él. Ellos continuaron: "¿Eres tú ese Agathón que cuenta sin cesar tonterías y habla mal de los otros?" "Yo soy".

Ellos dijeron además: "¿Eres tú Agathón el herético?" Pero él respondió: "Yo no soy herético". Entonces ellos le preguntaron: "¿Dinos, por qué aceptaste todo aquello con lo que nosotros te abrumamos, pero rechazaste este último agravio?" El respondió: "Las primeras acusaciones, yo. me las hice a mi mismo, ya que eso es útil a mi alma. Pero la herejía es la separación de Dios. Ahora bien, yo no quiero ser separado de Dios". Frente a estas palabras; ellos admiraron su discernimiento y regresaron confortados. (Apotegmas padres del desierto)

lunes, 25 de marzo de 2019

Ver a Dios


El espíritu que se vuelve hacia Dios suspende todos los conceptos y ve entonces a Dios sin imagen y sin forma; y en la incognoscibilidad suprema, en la gloria inaccesible, Él ilumina su mirada. No comprende -pues su objeto es incomprensible- y sin embargo conoce, en verdad, a Aquél que es, en esencia, el único que posee aquello que sobrepasa al ser. En la desbordante beatitud que brota de este conocimiento alimenta su amor y conoce así un reposo bienaventurado y sin límites. Tales son los caracteres del verdadero recuerdo de Dios.

Al llegar al monte de Dios, el Horeb, el profeta Elías entró en una cueva y permaneció allí. El Señor le dijo: "Sal de la cueva y quédate en el monte para ver al Señor, porque el Señor va a pasar". Así lo hizo Elías, y al acercarse el Señor, vino primero un viento huracanado, que partía las montañas y resquebrajaba las rocas; pero el Señor no estaba en el viento. Se produjo después un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Luego vino un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego se escuchó el murmullo de una brisa suave. (1 Re 19, 9)


¿Aún queremos ver a Dios? No se trata de querer, sino de ser. Si no lo vemos es que tenemos cerrados los ojos del espíritu y nuestro entendimiento cierra las puertas del alma. Quien cierra su ser a Dios, sólo acumula suciedad, pecado y desesperación. Quien vive en la desesperanza, teme abrir los ojos a Dios.

Dios está en la brisa tenue que mueve el universo. No puede ser visto de forma directa, pero a través del orden y la belleza, tenemos constancia de su presencia constante. Para ver a Dios hay que ser, porque la mentira, lo que no es, siempre nos intenta engañar por medio de apariencias y contrasentidos. Un corazón limpio ve a Dios en todo lo que le rodea. Sobre todo, en la brisa tenue que pasa desapercibida por la mayoría de de nosotros

Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios
(Mt 5,8).

Fuente

Sobre el nombre del blog

De la continuación del santo Evangelio según san Mateo (XIX, 27-29)

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27 Tunc respondens Petrus, dixit ei: Ecce nos reliquimus omnia, et secuti sumus te: quid ergo erit nobis?
28 Jesus autem dixit illis: Amen dico vobis, quod vos, qui secuti estis me, in regeneratione cum sederit Filius hominis in sede majestatis suae, sedebitis et vos super sedes duodecim, judicantes duodecim tribus Israel.
29 Et omnis qui reliquerit domum, vel fratres, aut sorores, aut patrem, aut matrem, aut uxorem, aut filios, aut agros propter nomen meum, centuplum accipiet, et vitam aeternam possidebit.
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27 Entonces Pedro, tomando la palabra, le dijo: «Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué recibiremos, pues?»
28 Jesús les dijo: «Yo os aseguro que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, os sentaréis también vosotros en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.
29 Y todo aquel que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o hacienda por mi nombre, recibirá el céntuplo y heredará vida eterna.
Léese esta perícopa evangélica en el Común de Abades.